Asistimos, a su vez, a una renovación constante dentro de las propias TIC: la digitalización de lo social, puesto que la competencia digital -de la que tanto se habla- no será tal, si no se desarrollan habilidades a favor del desarrollo social, donde la colaboración y el intercambio son requisitos indispensables. En esto, tenemos mucho por hacer los maestros.
Hay que evitar que se cumplan las profecías de los filósofos de la postmodernidad, hay que evitar que el uso de las nuevas tecnologías se someta a las concepciones nihilistas y la inexistencia de valores. Ahora más que nunca, la Humanidad reclama humanidad, sí y, aunque parezca paradójico, justo cuando parece que se cumplen los presupuestos postmodernos de un hombre [...] aislado, singular, pero al mismo tiempo conectado a las redes telemáticas y audiovisuales de diverso orden que lo pondrán en contacto con el mundo (Colom, A. 1998: 142. Teoría e instituciones contemporáneas de la educación. Barcelona. Ariel).