Estos días, he visitado www.cookie.com, donde se pone a disposición de los niños una serie de juegos online interactivos y, además, educativos. Hay matemáticas, ciencias sociales o naturales, y todo ello en inglés. Todo un filón para las programaciones CLIL..
Este espacio de interacción se fundamenta básicamente en los juegos, GAMES, aunque también hay otras secciones como VIDEOS, STORIES o WORKSHEETS. Como siempre, me interesa mucho el material que este tipo de espacios web ponen a libre disposición y que facilita el trabajo a los maestros, los cuales pueden tomar de aquí y de allá para crear sus propios materiales didácticos.
Los creadores de Cookie hacen alusión a la competencia digital cuando proponen sus juegos como una ayuda para construir las habilidades necesarias para el éxito escolar.
Claro que yo supongo que el éxito escolar al que se refieren está muy relacionado con una orientación pedagógica hacia el uso de las nuevas tecnologías, ya desde edad temprana.
Claro que yo supongo que el éxito escolar al que se refieren está muy relacionado con una orientación pedagógica hacia el uso de las nuevas tecnologías, ya desde edad temprana.
En cualquier caso, el debate sobre si con los juegos sí se educa lleva tiempo abierto, y la conclusión a la que siempre llego es que el proyecto pedagógico debería estar supeditado a los intereses de los niños, y que los recursos didácticos que se utilicen deberían sustentar la ideología de dicho proyecto.
En mi corta experiencia docente, he podido ya comprobar cómo alumnos que no muestran ningún interés por ejercicios en papel - y no por falta de habilidades lingüísticas- manifiestan un entusiasmo incluso desmedido por superar los niveles de juegos educativos y, a la vez, demuestran que asimilan los contenidos curriculares que contienen los juegos.
Me pregunto cuántos niños estarán suspendiendo los controles en papel sobre contenidos que realmente controlan solo que en otro formato más acorde con su estilo de vida, la vida de un nativo digital. Es como si cada día viajaran a un país extranjero -la escuela- y no conocieran el idioma del mismo, con lo que no se pueden comunicar ni ser ellos mismos.
Aunque lo que realmente ocurre es que la escuela y los adultos somos los inmigrantes en este caso, porque el territorio ha sido colonizado, el mundo ya no nos pertenece, ahora nos toca aprender un nuevo idioma si queremos garantizar nuestra supervivencia, puesto que somos los responsables de dejar un legado de capacidades a nuestros niños acorde al mundo en que vivimos.
Creo que por eso es importante difundir este tipo de recursos en la red, para que no solo los maestros, sino también los padres, compartan el entusiasmo de los pequeños por aprender de esta manera que propone Cookie. Ya está bien de crear muros y no escuchar a los pequeños, cuando dicen: "No me molestes, mamá, estoy aprendiendo".
Mi agradecimiento, de todo corazón, a Teacher Gabi por compartir conmigo este recurso y toda su sabiduría.
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