Del mismo modo que no se concibe una escuela sin TIC, no es posible imaginarse a los niños del siglo XXI sin aprender al menos una lengua extranjera en esa misma escuela. A su vez, el aprendizaje de lenguas extranjeras se ha visto especialmente respaldado por las facilidades que la web 2.0 y sus recursos le han ofrecido. Las propuestas del Aprendizaje Integrado de Contenido y Lengua Extranjera (AICLE) que se vienen poniendo en marcha en Europa desde hace algún tiempo, ponen de relieve que la formación de los alumnos pasa por la integración de las TIC y el aprendizaje de lenguas extranjeras.
Podemos encontrar referencias a esta metodología mediante las siglas en inglés CLIL (Content and Language Integrated Learning). Consiste básicamente en estudiar áreas o materias determinadas (ciencias, historia...) en una lengua distinta a la propia, poniéndose el énfasis en el aprendizaje por la acción (learning by doing) y la resolución de problemas, algo en lo que se basa la metodología de la escuela 2.0.
Es por ello que las posibilidades de aprendizaje se expanden a través de esta fusión que provoca el AICLE. Se trata por tanto de aprender a usar una lengua extranjera a la vez que se accede al conocimiento de contenidos curriculares de otras materias. En verdad, se está proponiendo algo que, quizás en menor medida, ha venido haciéndose en la enseñanza de la lengua extranjera desde hace tiempo, dado que las temáticas en base a las que se desarrollan sus contenidos lingüísticos son referentes para la integración de contenidos que los niños manejan en su propia lengua materna.
Veamos pues a qué me refiero con lo de una suma que multiplica, algo que Isabel Pérez Torres, profesora de Inglés en Secundaria, expone tan bien:
También nos orienta Isabel en cuanto a cómo hacerlo:Podemos encontrar referencias a esta metodología mediante las siglas en inglés CLIL (Content and Language Integrated Learning). Consiste básicamente en estudiar áreas o materias determinadas (ciencias, historia...) en una lengua distinta a la propia, poniéndose el énfasis en el aprendizaje por la acción (learning by doing) y la resolución de problemas, algo en lo que se basa la metodología de la escuela 2.0.
Es por ello que las posibilidades de aprendizaje se expanden a través de esta fusión que provoca el AICLE. Se trata por tanto de aprender a usar una lengua extranjera a la vez que se accede al conocimiento de contenidos curriculares de otras materias. En verdad, se está proponiendo algo que, quizás en menor medida, ha venido haciéndose en la enseñanza de la lengua extranjera desde hace tiempo, dado que las temáticas en base a las que se desarrollan sus contenidos lingüísticos son referentes para la integración de contenidos que los niños manejan en su propia lengua materna.
Veamos pues a qué me refiero con lo de una suma que multiplica, algo que Isabel Pérez Torres, profesora de Inglés en Secundaria, expone tan bien:
El uso de las TIC en la metodología AICLE facilita el desarrollo de los cuatro elementos fundamentales de esta: Contenido, Comunicación, Cognición y Cultura, de una manera tal, que no tendría sentido proponer un proyecto de integración de lengua extranjera y contenido donde no tuvieran cabida las TIC. Y es que las TIC no son para el AICLE solo fuentes de materiales, sino objetos mismos de aprendizaje, en tanto en cuanto sin su uso se perderían oportunidades de comunicación y acceso a contenidos, así como al desarrollo de destrezas demandadas por la sociedad del siglo XXI, donde la globalización pone en contacto las diferentes culturas gracias al habla de las lenguas que las identifican.
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